Es difícil dejar ir alguien que ya no te ama, pero es más doloroso estar con alguien que ya no quiere estar contigo.
No importa porqué sucedió, si estás en esta situación, este es tu nuevo mantra: “A quien no valora tu presencia, regálale tu ausencia”.
¿Tu pareja te pide tiempo? Dáselo todo! Y mientras búscate otro boyfriend.
¿No viste las red flags? ¿Era todo perfecto y de repente enloqueció? ¿Ahora resulta que se quiere ir, que quiere terminar la relación de un día para otro? Lo primero que tenemos que aclarar es que casi nada en esta vida pasa “de repente”. Así como un árbol no crece en la cocina “de repente”, tampoco “de repente” un marido o novio quiere terminar la relación.
Siempre hay focos rojos, señales, avisos…
Otra cosa es que no las veamos (por voluntad o porque nos las oculta) o porque el mismo amor nos hace justificar las acciones, pero de que están ahí desde antes de la explosión, están ahí. Ahora bien, vamos a imaginar que de verdad tú creías que esa relación duraría para siempre y que el susodicho un día decidió que no. ¿Qué podemos hacer? Lo primero: elegirnos a nosotras, y lo que sea que vayamos a hacer, que venga desde el amor, la dignidad y el respeto no hacia él, sino hacia nosotras. Dicho esto, ¿recomendamos arrodillarte y rogar? No. ¿Besarle los pies y decirle que todo será diferente, que ahora serás como él quiere que seas? No. ¿Sobajarte y permitir acciones que denigren tu persona, autoestima y amor propio? Definitivamente no.
Por supuesto que vas a querer hablar, escuchar razones, pero ahí te va la clave: LAS RAZONES NO IMPORTAN. Está científicamente comprobado que el 95% de las decisiones que tomamos NO son lógicas ni razonables, son EMOCIONALES. Esto quiere decir que el muchacho en cuestión puede decir misa, ¡no importa! Lo que él ya no quiere es seguir la relación. Se acabó su deseo de estar contigo. ¿Por qué no conviene pedir razones? Porque si te da razones lógicas y "arreglables", vamos a suponer: “Porque cuando te conocí eras rubia y ahora te pintas el pelo de rojo y no me gusta”, vas a creer que el tono Rubio Cenizo Castaño Mágico 07 solucionará todo el problema, ¡y por supuesto que no será así!
Ahora bien, vamos a suponer que el muchacho te dice la verdad: “Conocí a alguien el otro día que tú no fuiste a la fiesta y me encantó; es súper cachonda, sexy, me hace reír y su cintura es 10 cm más chica que la tuya. Eso sin contar que es mucho más joven, vive en casa –no en depa– y sus amigas son súper buena onda”. ¿Qué vas a hacer con esa información? ¿Vas a comprar una casa?, ¿vas a cambiar de amigas?, ¿vas a retroceder el tiempo para ser más joven?, ¿vas a hacerte una lipo?, ¿vas a ir al súper en la lencería más sensual para demostrarle que tú también eres sexy?
¿Ya comprendes porqué las razones no importan? Lo que importa es la emoción: ya no quiere estar contigo, quiere estar en otro lado. Ya no quiere estar en la relación, quiere ser libre o andar con otra persona. Da igual, aquí no nos interesa el otro, nos interesas tú.
SE FUE, ¿Y LUEGO QUÉ?
Una vez que lo despediste, ve por unas flores. Me explico. Hay una frase muy bonita que dice muchas cosas, pero de lo que más me acuerdo es que dice “a la gente que te dañó, que decidió irse, que ya no está, déjala ir con flores”. Traducción: no te desgastes hablando mal de él, no drenes tu energía stalkeándolo por todas las redes sociales, no permitas que siga siendo el centro de tu vida viendo qué hace, preguntando por él, esperando a ver si te lo encuentras. Simplemente déjalo ir con flores: déjalo que se vaya, dale las gracias por lo aprendido y lo compartido, y enfócate en tu camino. Sigue adelante y céntrate en ti.
¿Cómo se hace eso de “céntrate en ti”? Hay una herramienta de coaching que se llama “La rueda de la vida”. La tarea radica en, con toda sinceridad, darle un número a cada área de nuestra vida para ver qué lado de la rueda está súper fuerte (como llanta bien inflada) y cuál está en números rojos (osea ponchada). Lo que vamos a hacer es fortalecer esas áreas donde andemos mal. ¿Es el área física? ¡Hay que hacer ejercicio! ¿Es el área emocional? ¡Hora de agendar una cita con la terapeuta! ¿Es el área familiar? ¡El caldito de pollo de tu mamá te espera! La clave durante esta etapa de novedosa soltería es priorizarte tú, a ti, lo tuyo y los tuyos: tus proyectos, tus clases, tus amigas, tus grupos de voluntariado, tus metas, tus objetivos, tus sueños, tu vida espiritual… La persona más importante vuelves a ser tú, créetela y actúa en consecuencia.
No permitas que una pareja que ya no quiere estar contigo defina tu valor ni tu felicidad. No estamos diciendo que no tenga sus razones válidas para irse, seguro las tiene, pero no nos importan porque no hace la diferencia.
Mira, a una amiga le pasó.
Ella quería cortar con su novio desde que llevaban 3 meses, pero el cuate la convenció de seguir andando diciéndole que todo iba a mejorar. Nuevamente quiso cortar cuando llevaban 6, pero él le dijo que era su alma gemela. Otra vez lo intentó antes de cumplir 1 año, pero el cuate tampoco se dejó. “Lo nuestro es especial”, le dijo llorando, “no te rindas, lo nuestro es único, vas a ver que vamos a ser muy felices”.
Cuando llevaban casi dos años, falleció la hermana de él y recibió 1 millón de pesos como herencia. De no tener ni $2 centavos ahora sí, “de repente”, se volvió abundante ¡y olvídate!, el cuate perdió el piso. La empezó a tratar horrible, le hablaba feo, la denigraba, la violentaba pasivo-agresivamente de diversas maneras en todos lados, incluida la cama. Un día ella tuvo que ir a Cancún por motivos de trabajo. Durante la cena más importante, mientras servían el plato principal, él le mandó un WhatsApp que decía: “Gracias por todo, ya no quiero andar contigo. Me voy a tomar 42 días para pensar si quiero volver, pero no creo. Sea como sea, yo te aviso”.
Así de naco, así de cruel, así de culero.
Ella se disculpó de la cena, salió al patio y le llamó como loca, mientras lloraba y lloraba. “Esto es una pesadilla”, murmuraba para sí misma. Él nunca contestó. Entonces ella llamó a su papá, el hombre más sabio que había conocido, y él le dijo: “No permitas que nadie, y menos una persona así, te robe la paz. Si no quiere estar, que se vaya. ¿Mandarte un WhatsApp para cortar? Con este acto demuestra su pobre educación, su poca sensibilidad, su nula empatía. ¡Mándalo tú por un tubo! Te libraste de una persona que te acaba de enseñar cómo es realmente! Llevaba dos años jugando a ser la pareja ideal porque tú le convenías. Bueno, ya no le convienes, y así es como se va. ¡Que se vaya, mijita! No lo necesitas en tu vida, no necesitas a nadie para ser feliz, para estar en paz… más que a Dios, a Él sí, y de Él agárrate para salir adelante. ¿42 días? Qué huevotes para decirte eso. Olvídalo, piensa que se murió y ya. No le dediques ni un solo minuto más de tu valioso tiempo. Agárrate de Dios y sigue adelante tu vida, tienes todo para salir adelante”.
Claro que dolió una, dos, quizá tres semanas (después de todo Juan Gabriel tenía razón: la costumbre es más fuerte que el amor), pero finalmente lo logró, salió adelante. Ya para cumplirse los 42 días él la buscó (por WhatsApp) y ella decidió no contestarle; después de todo, el silencio también es una respuesta. Y nunca más se volvieron a ver. Bueno, creo que tres años después él la buscó otra vez, pero ella ya era muy sabia para volver a caer en esas redes. Nadie dice que sea fácil aceptar la voluntad del otro, lo que sí decimos es que ninguna mujer debería rogar amor, ¡jamás! Nunca de los nuncas ni de los jamases, ni este mundo ni otro Universo. Todas y todos merecemos personas que quieran estar en una relación con nosotros, que tengan el deseo activo de querer crecer, compartir y experimentar la vida juntos.
Si alguien te ha hecho creer que mereces migajas de amor, toma este post como la señal para saber que no es así. Y como dice el dicho: “Mejor sola que mal acompañada”. La soledad ofrece infinitas posibilidades, el vacío es un lugar lleno de múltiples opciones. Estar mal acompañada y elegir estarlo por las razones equivocadas (porque “qué miedo estar sola”, “voy a ser la quedada del pueblo” o “mejor esto a nada”) nos detendrá en la miseria... en la miseria de compartir lo más valioso que tenemos –que es la vida misma– con alguien que preferiría estar en otro lugar con otra persona. Cuando tu pareja te diga que se quiere ir, que ya no quiere estar, ábrele la puerta y déjalo ir con flores. Agárrate de Dios y sigue tu vida, honra tu paso por esta Tierra amándote de una manera loca, total y absoluta, y por ley de resonancia llegará a ti alguien que te ame de esa manera. Y si no llega también está bien, porque para eso te tienes a ti, y con eso es suficiente.
Ya para despedirme, te comparto esta otra historia, a mi parecer completamente desgarradora. Tomando el taller de Udú (un tambor en forma de útero), Margarita comentó que ella era menopáusica prematura a raíz de que se quitó la matriz. Todas pensamos que había sido una decisión médica, consciente, y sí, triste pero necesaria. “No fue así”, nos platicó un día, “la realidad es que mi marido se quería divorciar y cuando le pregunté porqué me dijo que yo ya no apretaba –¡después de dos hijos, ya no apretaba!– y que había conocido a una jovencita que sí apretaba rico. Luego me dijo que si me quitaba la matriz, el doctor me podía dejar la vagina nuevecita, y entonces iba a volver a apretar. “Accedí. Me quitaron la matriz, y sí, me dejaron todo muy bonito, según yo ya apretaba, todo iba bien, pero a los 3 meses él se fue, ¡se fue con la otra! ¡Con todo y que me quité la matriz, el muy c4brón se fue con la otra!”.
Conclusiones de esta triste historia: 1) No importan las razones, si ya no quiere estar, DÉJALO IR 2) Ámate con locura, que tu prioridad siempre seas tú 3) ¡Cuidado con lo que sacrificas! Establece y respeta tus límites 4) Nunca es tarde, aunque la hayas regado, siempre es un buen momento para volver a ti, para enamorarte de ti 5) Elige honrar tu vida a través de acciones de amor propio, sólo así llegará el amor bonito a tu vida, y si no llega, lo vas a detectar a tiempo
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