La energía leonina representa nuestra capacidad de individualizarse y expresar lo más genuino de nuestra personalidad. Por eso, se dice que es un signo creativo, atractivo y naturalmente líder. En las relaciones, necesita ser admirado y elogiado constantemente. Leo es una invitación a sentirnos orgullosas de quienes somos y a brillar con luz propia. Por eso, dos leoninos se entienden muy bien.
Compatibilidades fluidas
Con Aries, los une la valentía y el arrojo. Lo que varía es el foco que ponen en sus actos, porque mientras para el espontáneo e independiente signo de Aries lo importante es competir (y no fijarse tanto en el resultado como en la diversión del desafío), Leo busca triunfar, liderar y ser admirado.
Con Géminis, el rasgo común es el optimismo, que tiñe la manera de ver el mundo de los dos signos y le pone una pátina de entusiasmo y disfrute. Divergen en cuanto Géminis es inconstante y no sostiene su interés más allá de un determinado punto, mientras que la energía fija de Leo le permite dedicar su empeño al cumplimiento del objetivo.
Con Sagitario, comparten ese rasgo distintivo de los signos de fuego: en cuanto expresan lo que tienen de originales y genuinos, se convierten en únicos e inimitables. Pero, mientras Leo puede hacerlo desde la búsqueda de admiración o de alimento para su ego, Sagitario pone el foco en aprender y superarse.
Con Libra comparten la visión del otro como espejo. ¿La diferencia? Mientras Libra busca la imparcialidad (por algo es el signo de la balanza y la justicia, incluso cuando es una parte implicada), Leo está impregnado de su propia subjetividad, que le agrega otro cristal más con que filtrar su visión del mundo.
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Compatibilidades desafiantes
Con Tauro, comparten la atracción y la fascinación que son capaces de provocar. Y, siendo los dos signos fijos, hay constancia en ambos. Difieren en algo muy sutil: Leo busca brillar por derecho propio, sin pensar demasiado en el lugar en que esto deja a los demás. Tauro, por su parte, prefiere destacarse opacándolos.
Con Escorpio comparten la firmeza y la templanza. Nuevamente se hace visible la modalidad fija de los dos a través de esas características, pero Leo puede manejarlas hacia un lado expresivo, divertido y luminoso mientras que Escorpio puede volcarse a lo más sombrío, como las obsesiones y las luchas de poder.
Con Acuario, son opuestos complementarios unidos por el amor a la independencia. Eso sí: Leo busca su centro, desde el cual irradiar cual Sol a sus rayos, y Acuario es ex-céntrico por naturaleza: impredecible y rupturista. Además, la energía acuariana se liga más hacia un sentido de comunidad parejo para todos, mientras que Leo prefiere liderar.
Con Cáncer, tienen un núcleo fundamental en común: el amor. No olvidemos que Leo rige el corazón como órganos y también de manera simbólica. Hay algo del abrazo de la energía leonina a su propia exposición que lo hace extrovertido y desenvuelto, mientras que en Cáncer pueden primar el temor a mostrarse y la vergüenza.
Compatibilidades neutras
Con Virgo, la cuestión en común tiene que ver con el límite. Ambos respetan y valoran sus espacios y no gustan de inmiscuirse en los ajenos. Virgo encara la vida con una actitud mucho más humilde, modesta y de perfil alto, mientras que Leo es orgulloso y gusta de atraer miradas.
Con Capricornio, el fuerte en común está dado por la capacidad de liderazgo de los dos signos. ¿En qué varían? En la austeridad capricorniana, signo ambicioso pero poco demostrativo, y la exuberancia leonina, siempre en busca de la admiración y la exhibición de sus dones.
Con Piscis los une el sentido hospitalario y humanista. Son empáticos, de gran corazón y dados a ayudar. Eso sí: Leo lo hará con la voluntad de figurar y mostrarse, y Piscis preferirá difuminar su propia imagen hasta desaparecer de la escena. Es un dúo en que uno funciona en el escenario y el otro, tras bambalinas.
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