Hola, yo soy Love, 100% italiana y aquí te cuento cómo inicié a leer cartas.
Desde chiquita...
Desde chiquita siempre he tenido fascinación por las cartas, he aprendido a jugarlas con sólo 6 años, de hecho, así aprendí a contar.
Todos los domingos era lo mismo: comida familiar en casa de mi abuela y a la hora del café llegaban los tíos a jugar cartas.
Mi abuela me ponía sobre sus piernas, y recuerdo que yo espiaba las cartas de la tía adversaria y le sugería a mi abuela las cartas que veía. (jajaja)
A esa edad no sabía la diferencia entre cartas de juego y cartas de tarot, pero me acuerdo muy bien qué había mucha gente que venía a platicar con mi abuela para pedirle consejos.
A veces salían contentos por las buenas noticias y a veces salían con los ojos de lágrimas, pero siempre le agradecían a mi abuela por haberles aclarado el panorama en su momento de confusión.
Mi primera lectura fue un fracaso: pensé que no tenía el don para leer cartas.
Cuando cumplí 16 años, mi novio me regaló mi primer mazo de tarot. ¡Me encantó!
En cuanto llegué a la casa me metí a practicar y ahí me topé con 3 grandes dificultades.
1) los significados que venían en el librito eran cortos y demasiado abstractos
2) se contradecían entre sí
3) no lograba conectar las cartas y sintetizar una respuesta.
En fin. Pensé que no tenía el don para leer cartas.
Hasta que un día…
Platicando con una tía, le conté mi frustración y ella me dijo “Oye, ¿y porque no le dices a tu abuela que te enseñe?”
yo me quedé así... Queee?
Se me iluminó TODO. Ahora entendía por qué había tanto vaivén en casa: ella atendía consultas y yo ni enterada! No lo podía creer.
Como es el dicho?
Cuando el alumno está listo, aparece el maestro.
...apareció el maestro.
La nonna me enseñó todo lo que había aprendido de las comadres napolitanas - a ellas les debemos toda la tradición, son las que iniciaron a leer las cartas para saber si sus esposos iban a regresar vivos de la guerra.
Pasé años presenciando las consultas de la nonna, aprendiendo su método y el arte de la cartomancia.
He conocido a miles de mujeres que se han sentido atraídas por las cartas, que por condicionamientos religiosos (el tarot es del diablo), culturales (el tarot lo leen las malas personas) o por mala información (hay que tener un don para leer las cartas) no se han animado a acercarse a este maravilloso arte.
¡Si siempre tuviste curiosidad de aprender el tarot, pero nunca te animaste… pues, esta es tu señal!
Con Amor y Magia,
Love!
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