Aprende todo sobre este signo de fuego: ¿qué les gusta, qué les hace daño, cómo enamorarlos y cómo cuidarse de ellos?
Primero que nada y para que este post te haga sentido, quiero que pienses en alguna persona Aries en tu vida. ¿Será acaso tu mamá? ¿A lo mejor tu mejor amiga? ¿Quizá tu pareja, ex o casi-algo? Piensa en alguien que haya nacido aprox entre el 21 de marzo y el 20 de abril.
¿Por qué digo aprox? Porque en el calendario kabbalista uno no nace el 21 de marzo, uno nace el día 21 del mes de Aries, y la fecha cambia ligeramente año con año dependiendo de las fases de la luna. Pero ya hablaremos más detalladamente de esto en otro post. Ahorita lo importante es que pienses en alguien que se dice, se cree y se piensa Aries para que lo astroanalicemos.
También es útil que consideres que esta energía también está presente en ti. Puedes buscar en tu carta tu zona Aries, tenga o no planetas, para reflexionar sobre cómo se manifiesta.
Energía de Aries
Según la astrología kabbalística, su energía interna es agua y su energía externa, fuego. Estos elementos son antagónicos: en la tradición kabbalística el agua es derecha y el fuego, izquierdo. Como el fuego puede hacer hervir el agua, Aries puede actuar de manera muy reactiva y ser un signo agresivo. A su vez, el agua puede apagar el fuego. Estas dos cuestiones simbólicas nos hablan de desmesura y falta de integración.
El aprendizaje de Aries radica en lograr el equilibrio entre ambos elementos. A su vez, Marte, representando la guerra, simboliza el ego a dominar. Por eso, su Tikún es “Yo quiero, es mío” y su esencia es la del comienzo de la existencia, pero ese existir debe trascender la expresión automática de lo que le impulse en cada momento e integrar al otro, permitiendo que surja la dualidad.
Su parte del cuerpo es la cabeza: es su zona vulnerable y la que puede traerle dolores y padecimientos. Tiene hombros anchos y fuertes y facciones bien definidas.
Es el “padre de los doce” signos y con el que comienza la rueda zodiacal.
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Cómo es su personalidad sin integrar.
Es muy bueno para iniciativas e ideas, pero falla en su seguimiento y constancia.
No acepta órdenes y reacciona ante ellas. Pero si se lo encara por las buenas, está dispuesto a ser flexible y a dar, lo cual constituye la clave de su mayor desafío de aprendizaje.
Si dudan de su integridad, se ofende fácilmente y no perdona.
Puede mentir para concretar sus planes, aun cuando se trate de mentiras pequeñas o insignificantes.
Es impulsivo.
Puede tener mente cerrada e ideas fijas.
Es impaciente.
Si se enoja, se cobra lo que dio. No olvida fácilmente ni teme reclamarlo cuando la ira lo ciega.
No tolera la oposición ni es diplomático.
Puede tener actitudes infantiles y un sentido del humor inadecuado.
Es lento para reconciliarse, porque lo que le sale naturalmente es confrontar.
Como busca la libertad, no puede someterse al mando de nadie.
No se da cuenta de que lastima, por eso puede ser cruel.
Su lado positivo:
Es apasionado y fiel.
Valiente y arriesgado, no conoce (o desdeña) el miedo.
Es un líder nato, que puede emprender, guiar y luchar.
Es trabajador y confiable.
Es impredecible, alegre y muy entretenido. Juega como un niño pequeño. ¡Nunca vas a aburrirte con uno!
Es un buen padre y compañero de su pareja.
Posee una gran fortaleza.
Diez consejos para apuntar a lo más elevado de la energía Aries
Crea el equilibrio entre el agua y el fuego.
Conéctate con el dar y compartir sin una motivación ulterior: por el simple hecho de hacerlo.
Controla tu reactividad. No te dejes llevar por la impulsividad, piensa antes de actuar. Respirar hondo antes de responder te ayuda a regularte.
Relacionado con lo anterior: antes de actuar, pide a la Luz que te guíe. Respira profundamente, haz una pausa y permítete centrarte.
Intenta completar las cosas.
Recuerda y valora el pasado para evitar los mismos errores.
Domina tu ego recordando que eres un canal para la Luz.
Sé empática con los demás.
Evita el conflicto, aun cuando es inevitable.
Controla tu tendencia a juzgar sin tener todos los datos (e, incluso, cuando ya los tienes). Sé humilde y considera que puedes no tener razón.
Su mantra y su aprendizaje
Yo quiero, es mío. Yo debo aprender a dar y a compartir.
Cómo es en el amor
Pero con los signos de fuego debemos tener en cuenta una consideración extra: según la astrología kabbalística, son los únicos que pueden ser compatibles con su propio elemento. ¿Por qué? Fíjate lo que pasa cuando reúnes dos llamas de diferentes velas: se acrecienta y se crea una sola. Con Leo y Sagitario, la relación es muy pasional y vivaz, lo cual nos lleva de nuevo a la importancia de la corrección: si son energías poco integradas, el encuentro puede resultar explosivo o chocante, pero si están trabajadas dan vínculos plenos y enriquecedores.
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